DOS POEMAS

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I

El humor vítreo derretido

El plexo desinflado

con una jeringa clavada

Justo en el corazón,

Que latió

Sólo una vez

Y partió.

Así fue como matamos a nuestro gato.

Lo matamos para que no sufra

Lo matamos porque estaba enfermo

Lo matamos

Porque ya no se podía vivir más así.

Ahora es otra cosa,

Un pedazo tibio y peludo

De carne escueta

Que hay que enterrar.

Lo envolvimos

En una campera vieja

Y lo metimos en una caja.

Todavía

Está enterrado en el patio

De la casa

Que alquilamos

Para meter todas nuestras cosas

Las vivas y también las muertas,

Todo

Menos nosotros.

II

Esperé por años el verano

Tenía apenas unos 6 o 7 encima

Quería que llegue la época

de armar la pelopincho

en el patio

para dibujar estrellas en el agua

y que queden grabadas.

En la pileta del baño había probado

Y no funcionó,

En verano tenía que ser diferente, creí.

Y ese recuerdo tan actual:

Ansiar con fuerzas

Una estación

Donde el agua

No borre los imposibles.

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