para salir del desastre desde la «inclusión educativa» / silvia satulovsky

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Para salir del desastre desde la “inclusión educativa”*

Escuché atentamente la charla de Elsa Drucaroff, leí las notas de los demás compañeros.

Alterarnos. Producir una afección. Una (in) comodidad. No tener miedo de que te digan “le hacés juego a la derecha». «Sos funcional».

Le hacemos el “juego a la derecha” si no somos capaces de producir una invención en el pensamiento, en nuestras “hegemonías discursivas” que planteó Elsa. Si no nos metemos con nuestra mismidad individual y colectiva para salir “por arriba del laberinto”, de la encerrona trágica, parafraseando a Ulloa.  Abrir preguntas en las certezas que empobrecen. Atrevernos a ir al hueso.

Tato Pavlovsky en el libro Multiplicación dramática nos decía: “Atisbamos la posibilidad de otros caminos, como si imagináramos nuevas rutas, pero algo irresistible nos hace marchar hacia el sendero placentero y doloroso de las neurosis. Allí conocemos los personajes del drama”.

Y así corporativos y asfixiados seguimos repitiendo discursos huecos y gastados hasta el hartazgo. Hasta que viene Milei, que –oh, sorpresa–, no salió de un repollo, salió de nuestras aulas secundarias y universitarias cuando muchos de nuestrxs estudiantes salieron a votarlo. ¿Por qué lo votaron? Así como hubo un 6, 7 y 8 hegemónico, también hubo un “deber ser” en lo que se debía enseñar. ¿Cuántas veces pasamos la Noche de los lápices pensando que con eso contribuíamos a la “memoria, verdad y justicia”? cuantas veces nos detuvimos a investigar por qué eran 30.000? Ahora que nos dicen “adoctrinadores“ saltamos como leche hervida. ¡Y es verdad! No adoctrinamos porque hacerlo supone una relación: un supuesto “saber” impoluto y sin mancha y un sujeto pasivo en tanto tabula rasa. ¡Abramos esto!

¿Por qué antes no nos dijimos que con la “inclusión educativa” lxs pibxs no están aprendiendo? ¿Necesitamos de las pruebas Aprender que ya las habíamos criticado como estandarizadas en tanto multiple choice?  Que confundimos aprender con contener. Aprender con aprobar. Aprender con retener la matricula. Que rápidamente, en los tiempos de la peste –acríticamente– salimos a dar clases virtuales en un “como si” fuera lo mismo.

Que las becas para lxs pibxs en las escuelas resultaban un chantaje para lxs docentes.

–Apruébeme, sino no puedo cobrar el plan,

–Pero si no viniste nunca?

¿Qué prácticas convalida? ¿Qué subjetividad construye?

Saltamos cuando Narodowsky, Rivas y compañía sacaban las cifras de desgranamiento y la falta de comprensión lectora y operaciones lógico formales, pero al mismo tiempo formaban parte del consejo asesor de un Ministerio de Educación desfinanciado que post menemismo quedó descentralizado y nunca más se discutió en años y años de gobiernos nac. y pop.

Que las escuelas se estaban cayendo a pedazos, que le costó la vida a Sandra y a Rubén, ¿o ya nos olvidamos? Que los sueldos y jubilaciones docentes venían en picada.

Que el Fonid fue siempre en negro. Que nunca se incorporó al salario básico.

En fin. Hay mucho más, ¡sin dudas! Resultan imprescindibles estas discusiones del lado de acá, abordar esta complejidad como condición de posibilidad, primero para saber qué estamos defendiendo, pero además para imaginar realmente nuevas rutas que salgan del camino de las neurosis.

*Texto que surge a partir de la exposición de Elsa Drucaroff en la primera clase de la Uni Experimental , cuyo texto fue publicado en esta página en el siguiente link: https://www.revistaaji.com/abadonar-las-ilusiones-para-enfrentar-el-desastre-elsa-drucaroff/



Silvia Satulovsky, Lic en cs de la educación, Psicóloga social, psicodramatista, analista institucional. Mgr en pedagogías críticas y problemáticas socio educativas (uba) Ex docente de la catedra de Didáctica gral para el profesorado UBA, Coordinadora del equipo de capacitadores en tutorías para el nivel secundario en CEPA/CABA. Conferencista y tallerista en España, Mexico y Argentina. último libro La escuela y sus escenas (in)comodas Ed Lugar 2017- Buenos Aires

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