Sobre la conformación de lo colectivo
“El amor vence al odio” nos enseñaron las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.
Durante el 2019, en un contexto de avance de los discursos de odio, las nuevas generaciones, los nietos y nietas, les nietes de les desaparecides, nos juntamos y organizamos para hacerle frente al avance negacionista, siempre latente.
Es el amor, que nos hace querer encontrarnos. El amor es la fuerza que permite transformar un hecho trágico de nuestra historia, como es la desaparición de un ser querido, en una lucha colectiva. Conformamos una red que nos ayuda a sanar y a seguir luchando, levantamos las banderas de nuestros abuelos y abuelas, y perseguimos sus sueños. Los recordamos, con sus luchas y sus ideas.
Las nuevas generaciones hemos crecido en democracia, y creemos en la importancia de una cultura de la resistencia, en la batalla cultural, en la lucha por el sentido, y en definitiva, en la política como herramienta transformadora.
En la era de la información, debemos recuperar el valor de la palabra. La palabra que nos comunica, que nos transforma en el encuentro que el otro, con el diferente, la palabra en este sentido profundo, nos abre caminos de encuentro. Creemos en la construcción de lo colectivo, como identidad que no se cierra sobre sí misma sino como apertura a la diferencia.
El amor en la militancia cotidiana, es el cuidado de les otres, del medio ambiente, y de nuestro pueblo. Es la identidad que nos conforma como colectivo.
A 45 años del golpe cívico, militar, eclesiastico, nos encontramos militando la Memoria y los Derechos Humanos como camino para la transformación social y la liberación, también aquí, recuperando el sentido profundo de la libertad. No desde lo individual sino en términos colectivos. Frente a la amnesia generalizada que propone el neoliberalismo, hacemos memoria, para iluminar el presente.
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