Reseña del libro de Vespignani, Florencia, Pablo Solana, Nadia Fink, Martín Azcurra, Natalia Revale y Chempes, 2001 No me arrepiento de este amor. Historias y devenires de la rebelión popular. Buenos Aires: Chirimbote y Editorial El Colectivo, 2021.
Marina Franco y Daniel Lvovich (2017)[1] proponen tres aspectos para la definición de los trabajos de investigación y análisis realizados en el marco de lo que se ha llamado “historia reciente”. Primero, que se refieran al estudio del pasado próximo, aun cuando para muchas corrientes historiográficas, es necesario tener una cierta y prudencial distancia temporal, que ofrezca la perspectiva adecuada para el abordaje de un problema “cercano” en el tiempo. Este reparo epistemológico y metodológico es salvado por quienes se inscriben en la historia reciente en la medida en que han comenzado a emplear diversas fuentes orales y han ampliado los documentos, y materiales audiovisuales y multimodales de archivo disponibles para llevar adelante sus indagaciones. Segundo, que se refieran a procesos sociohistóricos y políticos cuyas consecuencias directas conservan todavía fuertes efectos y repercusiones sobre el presente. Y tercero, que los trabajos sean militantes, en la mayoría de los casos empáticos con determinados actores de procesos sociales y políticos sensibles (derechos humanos, crisis, represiones) a quienes se estudia ya que se espera convertir ese saber en una herramienta de intervención social, especialmente para que lo tengan en cuenta las próximas generaciones.
2001 No me arrepiento de este amor. Historia y devenires de la rebelión popular es un libro que responde a estas características al abordar el estallido popular de diciembre de 2001 en la Argentina pero también las supera puesto que su publicación viene a realizar, sin lugar a dudas, un aporte a la historia reciente que circula no solo en el llamado mundo académico sino también y —principalmente— por el compromiso y la participación de sus autorxs en distintas organizaciones sociales de base y en iniciativas editoriales, culturales y de comunicación del campo popular en ámbitos más amplios, como la militancia.
Florencia Vespignani, Nadia, Fink, Pablo Solana y Martín Azcurra junto con lxs artistas visuales Natalia Revale y Chempes armaron un volumen colectivo que se destaca tanto por los textos que en él se compilan como por las fotos e imágenes (de intervenciones callejeras) que se incluyen, con el fin de dar sentido a la etapa histórica que se quiere describir e interpretar en sus más de 250 páginas.
Como todxs sabemos, la rebelión popular tuvo su momento de mayor explosión y dramatismo en diciembre de 2001, cuando se desencadenó una de las mayores crisis político-institucional, social y económica de la historia argentina. La salida masiva y espontánea a las calles de distintos sectores sociales, la aparición con más fuerza de nuevas voces políticas (o no tan nuevas, pero a partir de ese momento con más fuerza) como los movimientos sociales, la crisis de representatividad expresada en los reclamos y las consignas (“que se vayan todos”) reconfiguraron estructuralmente tanto los modos tradicionales de acción colectiva como las formas de intervención y participación en el espacio público. La insurrección popular, que dejó más de treinta muertos, hizo renunciar a un presidente de la nación en la mitad de su mandato. Todo ello abrió un período de inestabilidad política sin precedentes, con secuelas, en ese entonces, imprevisibles.
Si bien el título del libro remite a una fecha exacta, lo cierto es que uno de los puntos de partida centrales que plantean lxs autorxs es que el “2001” no puede, de ningún modo, acotarse a esos dos días de diciembre, ni siquiera al mes completo, sino que es un proceso más amplio que comienza en los noventa con varias puebladas en distintos lugares del país como respuesta de resistencia y enfrentamiento a las medidas de corte neoliberal que se estaban aplicando cada vez con mayor intensidad. La Argentina de la década del noventa y de los primeros años de este siglo, respondiendo a las tendencias que se desenvolvían con fuerza en el exterior, cumplió a rajatabla las “recetas” económicas neoliberales del Consenso de Washington y los dictámenes del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, entre otros organismos de crédito internacionales. Dichas medidas incluyeron la apertura y la liberalización del comercio (disminución e incluso eliminación de barreras aduaneras para las inversiones extranjeras y las importaciones), la desregulación de los mercados y de los tipos de interés, las privatizaciones y las ventas de las principales empresas estatales a cargo de los servicios públicos; el ajuste, el recorte y el achicamiento del Estado (disciplina presupuestaria, reordenamiento de las prioridades del gasto público, reforma impositiva, protección de la propiedad privada), la flexibilización laboral, entre otras. El acatamiento de estas disposiciones ocasionó altos índices de desempleo, pobreza, indigencia y exclusión social.
A partir entonces de la premisa de que el 2001 constituye un ciclo histórico, el libro se divide en tres grandes partes: “El estallido. Un tiempo en el que todo fue posible”, “Historias. Semillas esparcidas al viento” y “Devenires. Ecos de un fuego que no se apaga”. El volumen se completa con un anexo virtual en el que se repasan las historias de vida de quienes cayeron el 19 y 20 de diciembre de 2001 en todo el país, pero también de quienes fueron asesinadxs los años previos o fueron víctimas de la represión en los años siguientes a la rebelión. Y, finalmente, se agrega una lista de bibliografía y lecturas recomendadas.
La primera parte tiene como objetivo contar el estallido a partir de las voces de lxs propixs protagonistas. En esta sección, compuesta por cinco capítulos, se relata lo que ocurrió esos días de diciembre en los alrededores de la Plaza de Mayo, el surgimiento de las asambleas barriales y la expansión de los mecanismos horizontales de decisión. Además, se da la palabra a militantes que vivían (y resistían) en el gran Buenos Aires y a activistas como el colectivo travesti trans para que relaten sus experiencias (sus emociones y padecimientos) en esos duros momentos, que, en muchos aspectos, lo siguen siendo.
La segunda parte, la más extensa y, me animo a decir, la más original, se dedica a presentar una serie de historias (más o menos conocidas, más o menos públicas) que prepararon el terreno para la rebelión de diciembre de 2001. A partir de un trabajo de archivo que combina el uso de entrevistas abiertas e informales, testimonios orales y fuentes documentales y audiovisuales, se narran las historias de Norma Pla; el Oso Cisneros; La Negra Avendaño; Neka, Jorge y el “cura” Alberto; Luisa Canteros; el Pocho Lepratti, Horacio Panario y Alcides Christiansen, así como de las puebladas del norte y del sur del país. Decimos que este bloque es original porque, entre otros logros, propone un desplazamiento del foco con el que suele leerse este ciclo: la mirada no se restringe a lo que ocurrió en la ciudad de Buenos Aires o, a lo sumo, en el conurbano bonaerense. De hecho, se amplía el panorama y se retoman vivencias, prácticas y modos de decir y hacer desde un punto de vista federal (a Salta se le suman Rosario, Córdoba y Neuquén).
La última sección, compuesta por cinco capítulos, se ocupa de dar cuenta de lo que siguió a la rebelión, de lo que se cosechó, de lo que se pudo generar a partir de nuevos lenguajes, del forjamiento de nuevas formas de organización popular, alejadas de dinámicas tradicionales, rancias y fuertemente burocráticas y que, vale aclarar, se encuentran, en algunos casos, todavía en vías de construcción. Proyectos y realidades como los feminismos con sus reclamos históricos y sus luchas por la reivindicación de un extenso conjunto de derechos, las organizaciones de pequeños productores rurales, las luchas campesinas y medioambientales, las fábricas recuperadas y autogestionadas por sus trabajadorxs, así como nuevos modos de agrupamientos sindical como los de la economía popular se abordan en esta sección que se distingue por la inclusión de sugestivos diálogos con quienes impulsan y forman parte de estas acciones más autónomas y solidarias. Por otro lado, esta parte da pie al debate sobre la participación en el juego político instituido y al lugar que ocupó el peronismo (más precisamente el kirchnerismo) en esta etapa. En ese sentido, las voces son varias y divergentes desde el punto de vista ideológico.
A continuación, destaco algunos atributos del libro.
En primer lugar, quiero subrayar su organización en tres grandes partes que, si bien tienen cada una su especificidad, se encuentran muy bien articuladas y se complementan para mostrar un panorama, aunque no exhaustivo, bastante vasto del ciclo histórico retratado. Asimismo, esta estructura habilita una determinada apuesta de lectura en la medida en que cada lectorx puede efectuar un recorrido no necesariamente lineal ni completo, sino que puede, por el contrario, sumergirse en aquellas historias o entrevistas que le despierten mayor curiosidad e interés.
En segundo lugar, y en lo que tiene que ver con estilo, lxs autorxs encontraron en la narrativa, en la crónica un tono homogéneo. Todos los capítulos son muy accesibles al público general a la vez que contundentes en sus afirmaciones y en las líneas de interpretación que exponen. En cuanto al contenido, las historias son potentes y las entrevistas tienen una profundidad tal que permiten acceder al núcleo de lo que allí se discute: desde la cuestión más subjetiva, el lugar de enunciación de cada unx de lxs protagonistas, a cómo las condiciones sociohistóricas sugieren, orientan o directamente imponen la toma de determinadas decisiones, que son simultáneamente personales y sociopolíticas. Las imágenes, por último, no se arrogan una función secundaria, de acompañamiento o ilustración, sino que colaboran en la construcción integral del relato.
En tercer lugar, es relevante remarcar que lxs autorxs dan unas pistas de interpretación de la rebelión en clave latinoamericana. En esta dirección, en el prólogo, inscriben el 2001 en una línea que arranca en Venezuela con el Caracazo y en México con el zapatismo, y termina en 2021 con la insubordinación masiva del pueblo colombiano, sin dejar de mencionar insurgencias y levantamientos que tuvieron lugar en Bolivia y Chile en los últimos años.
En definitiva, y retomando lo que apunté al inicio de este escrito, el libro que aquí se reseña contribuirá al conocimiento sobre nuestro pasado reciente. El estudio del pasado, sea este distante o próximo, sirve para explicar los fenómenos contemporáneos al mismo tiempo que puede brindar materiales e ideas para la construcción de nuevas formas de intervención y participación social, e incluso de planificación de políticas públicas, a la luz de los tiempos que corren. 2001 No me arrepiento de este amor muestra un tiempo esperanzador en el que se respiraba una fuerza política potente y con mucha potencialidad y proyección, ya que el anhelado cambio social se vislumbraba en el horizonte.
[1] Franco, Marina y Daniel Lvovich (2017). “Historia Reciente: apuntes sobre un campo de investigación en expansión”. Boletín del Instituto de Historia Argentina y Americana Dr. Emilio Ravignani, 47: 190-217.
Daniela Lauria es investigadora del CONICET con sede de trabajo en el Instituto de Lingüística de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Es docente de grado en la Universidad de Buenos Aires y en la Universidad Pedagógica Nacional. Trabaja sobre políticas del lenguaje del español en la Argentina y en América tanto desde una perspectiva histórica como contemporánea.
Dejar un comentario