dos cuentos de terror / fátima beltrán curto

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A pesar de haber heredado la pequeña fábrica de bisagras en tiempos de una de las peores crisis que en el país pudiesen recordarse, Nectarino Almeida había logrado optimizar los resultados del negocio familiar de una forma extraordinaria. Una de sus más célebres máximas para el éxito empresarial consistía en transformar las adversidades de la nación en argumentos para exigirle más a su veintena de empleados, temerosos de perder su puesto en una época tan aciaga para el mercado laboral.

Algunas medidas que Nectarino había implementado para la mejora de la productividad, reduciendo a su vez los costes de la misma, eran: la supresión de los descansos durante toda la jornada, la disminución de los exiguos salarios en un veinte o un treinta por ciento, la utilización del látigo para motivar la implicación de los empleados en sus tareas, o incluso la prohibición de permitirles abandonar su puesto en la cadena de montaje ni para ir al servicio. Esta última disposición había sido posible gracias a otorgarle permiso expreso a toda la plantilla para trabajar con unos pañales traídos de casa, por debajo de los uniformes de operarios.

Dadas las precarias circunstancias económicas en las que el país se hallaba, ninguno de los empleados de Nectarino Almeida osó alzar la voz ante tales abusos ni criticar o contradecir su política empresarial. Se limitaron a seguir trabajando con una sonrisa petrificada en los labios, tal y como marcaban las nuevas ordenanzas de la fábrica de bisagras.

Otra de las medidas que el nuevo propietario instauró para la reducción de gastos, fue la eliminación de la tradicional comida de Navidad con la que la empresa obsequiaba, desde su fundación, a toda la plantilla por aquellas fechas.

Eliseo Martínez, antiguo miembro del desaparecido Comité por los derechos de los empleados, en un acto sin parangón y con el ánimo de mantener vivo el espíritu navideño entre el personal, organizó por su cuenta en una finca de su propiedad el ágape en cuestión. Aparte de a sus diecinueve compañeros, Eliseo también invitó a don Nectarino Almeida, para que este no se molestara si llegaba a enterarse de la celebración de tal evento sin que para ello se hubiese contado con su augusta presencia.

Don Nectarino Almeida acudió vestido con sus mejores galas, rebosando opulencia y barriga, aspecto que contrastaba con el de la veintena de empleados de semblantes famélicos y ropas viejas y deshilachadas.

El patrón fue invitado a presidir aquella comida encabezando la mesa. El primer plato fue modesto, a base de patata, arroz y buena voluntad. Antes de que el propio Eliseo Martínez saliese de la cocina y se dispusiera a servir el segundo plato, don Nectarino Almeida recibió una llamada a su teléfono móvil, extremo que le obligó a ausentarse de la mesa.

Antes de que se sirviera el segundo plato, los comensales decidieron aguardar a que don Nectarino regresara al comedor para proseguir con la celebración. Tras una larga espera Eliseo Martínez determinó que era imposible seguir con aquella dilación, y procedió a servir a los allí presentes un manjar tan delicioso como inesperado por su elevado precio en el mercado: cerdo al horno. Aquel guiso hizo las delicias de los veinte comensales, quienes llevaban siglos sin probar un bocado tan jugoso y exquisito.

Por su parte y hasta la fecha don Nectarino Almeida, tras la misteriosa llamada recibida durante aquella comida de Navidad, nunca más ha vuelto a ser visto.   


Fátima Beltrán Curto nace en Tortosa en 1977. Tras estudiar Derecho en la URV realizó un postgrado en Derecho concursal en la Abat Oliba y otro postgrado en Práctica jurídica en el ICAB. Se instaló en Barcelona, dónde ejerció como abogada y acabó trabajando en el Departamento Jurídico de una Multinacional dedicada a los seguros. En el 2021 publicó su último libro «Canción bajo el agua».

En 2019 publica su primera novela, Bienalados, un trabajo muy influenciado por el realismo mágico de corte más clásico con el que ha cosechado críticas muy favorables. Con anterioridad había ganado pequeños premios literarios de poesía y publicado algunos relatos breves. Este año (2021) publica su segunda novela «Canción en el agua»

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