El botón de la memoria
Por Vivian Palmbaum[i]*
El cineasta chileno, Patricio Guzmán[ii], exiliado a causa de la dictadura en su país, ha dedicado su trabajo documental a desplegar con lo que de la memoria se hace presente. La memoria aparece entonces como ese botón perdido, que apenas reaparece se abre paso a los recuerdos.
¿Es la memoria la reproducción de acontecimientos? ¿Es la memoria la evocación? ¿Es la memoria algo estático?
Hacer memoria.
La memoria que se hace presente como la historia colectiva de los pueblos, en los museos, estatuas, celebraciones comunes nos recuerdan esos hitos sucedidos en un tiempo pasado, que evocamos como un patrimonio común. Son al decir de Jean Luc Nancy bloques macizos, y resultan así presentaciones muchas veces vaciadas de contenido o cargadas de contenidos, a veces moralizantes y/o de sentido común, que se enarbolan con determinados fines; los vemos así con significados patrióticos, religiosos, y tantas otras variantes. De seguro nos proveen cierto sentimiento de identidad colectiva y la psicología de las masas nos ayudaría a ahondar en su análisis.
Por su parte la subjetividad nos muestra aquello de esa historia que se hace presente en cada quien, en sus diversas variantes. Patricio Guzmán, cineasta exiliado de Chile, a lo largo de su trabajo se ha dedicado a mostrarlo, con distintos matices, en el celuloide. La película “El Botón de Nácar”, del año 2015, forma parte de una trilogía donde Guzmán nos confronta con lo que de la historia se hace presente.
El olvido podría ser la contracara de la reminiscencia, pero hay una memoria del olvido, que se hace presente. Aparece no por un acto de evocación sino como el retorno de lo reprimido. Es lo que tenemos de esa memoria. Freud logró darle un tratamiento conceptual con las huellas mnémicas cuando aún pivoteaba entre el campo de la medicina y ese otro escenario, que mostraban que estamos transidos de palabras y que esas palabras se introducen en el cuerpo para descubrir ese cuerpo viviente. Memoria del goce que se hace presente aún cuando intentemos contenerlo, dominarlo, apagarlo. Con variadas presentaciones sintomáticas se muestra ese hilo al que nos conduce el tratamiento psicoanalítico, no porque intente encontrar sus causas últimas sino justamente para encontrarse con esa causa, vaciada de contenido y que toma la palabra deseo.
Tomar la memoria no como evocación estática sino como historia presente muestra un tiempo verbal compuesto como el futuro anterior. Es decir una lógica del tiempo que no es lineal, tal como plasmó Freud en el concepto de Nachträglich abordado por Lacan con el término après-coup. Ese futuro anterior se expresa como una acción venidera anterior a otra que también se cumplirá en el futuro. Ahora bien, habría que considerar que esa lógica está presente ya en la suposición del sujeto, hipótesis que considera la escucha analítica, donde se ubica otra temporalidad, el “andere Schauplatz”, que no admite contradicciones. La invención freudiana regida bajo la ética de la palabra, que pone el saber del lado de quien habla y que se abstiene de cualquier ejercicio del dominio sobre el otro, bajo las diversas maneras en que podría ejercerse ese poder desde el lugar de la escucha.
Borges nos entrega el relato de “Funes el memorioso”, prisionero de los recuerdos, y nos enfrentó con el no olvido y lo imposible de ser totalizado a riesgo de excluir el ejercicio de pensamiento.
Una gota de agua puede estar atrapada por miles de años en un bloque de cuarzo. Un botón puede reaparecer empujado por las olas marinas y hacernos tropezar hoy con esas señales que llegan del fondo de los tiempos. Esa temporalidad empero no es tan lejana, así lo muestra Guzmán en sus películas cuando señala como esa realidad, que se mantiene silenciada e invisibilizada, reaparece en un tiempo presente con idénticas lógicas de exterminio y desaparición de personas.
Argentina es pionera en leyes reparatorias y en las políticas de Memoria, Verdad y Justicia que en un lento proceso restituyen y reconstruyen una memoria colectiva sobre nuestra historia más reciente. Sin embargo aún nuestros pueblos originarios están a la espera de la restitución de otro lugar en nuestra historia que no sea el de la violencia, la apropiación de sus territorios y el exterminio que no cesan de no escribirse.
[i] *psicoanalista, integrante del proyecto Propuesta Tatu, miembro de la Escuela Abierta de Psicoanálisis
[ii] https://cinechile.cl/persona/patricio-guzman/
Dejar un comentario