el cielo de los monos / branco troiano

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Ensayaba movimientos. Algunos, concluía, me iban a costar mucho trabajo, y aun así quizá nunca los iba a lograr.

La gente se había ido y mis compañeros ya preparaban todo para dar fin a la jornada. Estaba solo. Erguido, el pecho con una leve propensión hacia adelante, las rodillas flexionadas. Lo fundamental, sin duda, estaba en los brazos: tenían que caer en los costados con un prácticamente inapreciable arqueamiento hacia adentro, y tenían que colgar como si fueran partes ajenas al cuerpo. Ese era el gran desafío. Lo demás se podía ir acomodando, no hacía falta mucho para ir fraguando ciertas imprecisiones. El tema central radicaba entonces en los brazos, ahí se concentraba su propiedad hipnótica.

Algunos monos comenzaron a acercarse. Me vieron. Ahora yo me acuclillaba, despacio. Creía que si el movimiento era parsimonioso podía ser tomado como un acto de respeto, hasta de encomio. Apoyé los nudillos en el suelo. Sentí el frío. Un dolor repentino en la cadera me desconcentró. Eran seis, ellos. Seis monos del otro lado de la reja. Dos se peleaban por un lugar en el que nada se diferenciaba del que podían ocupar a un costado. Una de las hembras más cercana parecía la más adulta. Fue la última en aparecer.  La miré, mantuve mis ojos en ella. Por un momento confié en que estaba estableciendo una cierta complicidad, sensación que me estimuló y me dio una seguridad quizás algo desmedida. Después llevé la mirada a los demás, en un paneo en general con el que no encontré nada que me llamara la atención. Los miré un rato más. ¿Lo hacía sonriendo?

Estaba eufórico. Y la euforia operaba en mí transformándome el cuerpo en una caja de resonancia de intensidades disparatadas. La sentía recorriéndome las articulaciones, en especial las rodillas, un cosquilleo que ganaba la zona como una enredadera; o mejor, como un alambre electrificado.

Mi cuerpo, sí, era alambre. Y era electricidad.

El cielo de los monos (Cordero editor 2022)

Branco Troiano nació en Mar del Plata en 1994. Publicó textos de ficción en las revistas Ají, Colofón y Desmadres; en los blogs Lobo Suelto y Polvo y en las agencias de noticias Telam y Paco Urondo. En 2018 ganó el concurso de cuentos Osvaldo Soriano de La Plata con su cuento Mi Padrino, que además fue seleccionado para integrar el corpus de audiocuentos de Una Brecha. El cielo de los monos es su primera novela.

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