El circo y La Mariposa (Colección Ciudad y orilla, Homo Sapiens Ediciones) es una novela colectiva escrita por trece autores rosarinos, en el marco del taller literario de la “Calle Inclinada”, dirigido por Marcelo Scalona.
Las imágenes de la tapa y contratapa, obra de la artista plástica María Luz Seghezzo, son una invitación a su lectura.
Al tener el texto en mis manos, me surgió la pregunta en relación a cómo es posible hacer una novela colectiva, lo difícil que ello debe resultar. Las experiencias no abundan.
Esta consta de trece capítulos, cada uno de ellos a cargo de un autor distinto, lo que implica una multiplicidad de voces y formas de narrar.
Es la historia de un circo varado en medio de la pandemia de Covid 19, en un pueblo a orillas del Paraná, General Arroyo, próximo a una ciudad semejante a Rosario. Además, es la del Cottolengo cercano, del prostíbulo, la del pueblo y sustancialmente la de sus personajes.
Se trata de esa combinación de lo real y la ficción. Los hechos narrados son verosímiles. Los personajes son creíbles y varios de ellos queribles, aunque también hay de los otros y algunos “intermedios”.
Zoltan Lajos, el dueño del “Gran Circo Budapest”, cuyos padres habían nacido en ese lugar de Hungría y le dieron el nombre al circo. Lajos no recordaba si alguna vez tuvo casa, algo que no fuera un lugar donde dormir y copular. El circo era su medio de ir de aquí para allá, sin vocación de conocer el mundo; nada de eso, solo andar y buscar, navegar en esos mares verdes, tan misteriosos de tan simples.
Bety, instrumentista de profesión, rota por la vida, quien, por esos avatares, debió ejercer distintos oficios. En un momento recuerda “que este último cumpleaños lo pasó sola y el mayor placer fue salir a caminar un rato. Su cuerpo es un mapa de heridas; ninguna ha cicatrizado todavía. Su razón se aferra a objetivos de supervivencia limitados, a los que, a veces, siente como columnas de cartón mojado”.
Pitín, el pibe grande, de edad indefinida, con problemas madurativos y voz gangosa, cuyo nombre era Nildo, según su madre, quien lo dejó casi abandonado, tan ícono del pueblo como el río, la plaza, la torre de la iglesia o el mismísimo Cottolengo. Amante de los caramelos y muy cariñoso.
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Entre los personajes secundarios, aunque no tanto, se destacan el doctor Carniello, director del Cottolengo, Sonia, la gitana adivina, Isabel, la madama de “La Mariposa”.
Asimismo, están los canallas, los más oscuros, cuyo símbolo es el intendente evangelista, “El Chancho”, corrupto como pocos y partícipe de todos los negocios turbios.
El circo y La Mariposa, transcurre en medio la pandemia Covid19 y como en La peste, de Camus, se plantea el viejo dilema: nos salvamos entre todos o nos salvamos solos.
Se asemeja por momentos a una crónica descarnada, con todo lo sucio, lo feo, lo malo, la realidad, en definitiva. No obstante, está llena de bellas metáforas y de poesía.
La pregunta del comienzo es respondida satisfactoriamente con el resultado de la novela, donde se destacan los trece autores, con trece formas de escribir. Sin embargo, existe esa unidad que exige el género, con una edición muy cuidada a cargo de la escritora María Fernanda Trébol.
En síntesis, El Circo…, combina, de manera impecable, varios registros y temas: la crónica, el enigma policial, lo político, el mundo interior de seres humanos ante situaciones extremas, y se convierte en un testimonio de los tiempos en que nos toca vivir.
Norberto Ferrari. Nacido en Venado Tuerto, lugar donde vivió hasta los 18 años, rosarino por elección. Abogado laboralista y Asesor Sindical. Apasionado por la lectura. Ha incursionado desde hace unos treinta años con artículos y notas en medios periodísticos (Pagina 12 y El Ciudadano, entre otros) y escribe algunos textos con escasas pretensiones literarias.
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