No seas envidiosa / Cecilia Kampff

con No hay comentarios

Envidiosa. Deseo, celos y envidia. Una lectura desde el psicoanálisis.

Envidiosa es una nueva serie argentina, muy popular en Netflix, que tiene como protagonista a Vicky (Griselda Siciliani), una mujer de casi 40 años que se separa de su pareja, luego de haber estado juntos por más de una década. Frente a esta ruptura amorosa, Vicky ve frustrado su sueño de tener “un marido de traje”, hijos y una casa en un country.

Se trata de una comedia dramática en la que la protagonista ve cómo sus amigas logran, aparentemente, conquistar el sueño del matrimonio. Luego de algunos episodios de llanto, bronca y desbordes, decide comenzar un espacio de terapia con Fernanda, una psicoanalista muy bien interpretada por la actriz Lorena Vega.

En primer lugar, es importante aclarar que no nos interesa sancionar moralmente el contenido de su obsesión. Ya hay mucho análisis dando vueltas respecto de una posible estereotipación machista sobre la serie como para abundar con algo similar. Por otro lado, la idealización de la mujer como sujeto empoderado, progresista y libre, también puede resultar opresor si se convierte en un mandato organizador de la vida. Pero esto es para otra nota.

Me interesa leerlo como una ficción, que de manera divertida nos muestra cosas que nos constituyen y nos interpelan. La serie fue comentada en grupos de whatsapp, en diálogos entre amigos, en notas y sesiones de pacientes, lo que nos hace pensar que genera cierta resonancia en una buena parte del público.

Es por eso que nos interesa prestar atención a diferentes tópicos que aborda la serie, como el amor, los celos, el deseo o la envidia, y esto nos permite usarla como disparador para hacernos algunas preguntas desde el psicoanálisis.

¿Deseo, celos o envidia?

Comencemos ubicando que para el psicoanálisis el deseo es nada, es un lugar vacío. En tanto que los seres humanos no tenemos un objeto adecuado que nos satisfaga. El deseo es más bien un motor que nos impulsa, es lo que nos causa.

Luego, está el objeto al que el deseo tiende. Eso que ponemos por delante de la causa, como por ejemplo un proyecto laboral, un viaje,  una relación. Eso que anhelamos en un determinado momento de nuestra vida es una construcción, que varía y que nunca es unidireccional, nunca es una única cosa. El deseo más bien se presenta de modo laberíntico.

Retomando la serie, podemos decir que en ese lugar vacío Vicky puso un ideal de familia y de matrimonio a partir del cual organiza su existencia y lee todo lo que le pasa. En la serie se deja entrever que este ideal tiene que ver con su historia familiar y con el abandono paterno, pero no nos interesa hacer una psicopatologización del personaje o explicar las causas de sus padecimientos, porque además el psicoanálisis subvierte la lógica médica, que lee las cosas en clave causa – efecto. Para el psicoanálisis la causa es lo que falta.

La serie se llama “Envidiosa” y es a partir de pensar el deseo que podemos abordar el concepto de envidia, distinguiéndolo de lo que se pone en juego en los celos.

Siguiendo a Sigmund Freud, creador del psicoanálisis, podemos decir que los celos ocupan un lugar constitutivo en el psiquismo. En los celos lo que se pone en juego es querer tener lo que el otro tiene. Se está interesado por el objeto del otro, por lo que se cree que ese objeto nos aportaría. el celoso está atrapado en la ilusión de que el otro tiene ese objeto, lo disfruta y lo colma. Por ejemplo: una mujer que quiere al marido de su amiga porque cree que ella está feliz en ese vínculo, en realidad no sabe si su amiga está feliz por eso pero le supone un goce que ella no tiene y lo quiere para si. 

 A su vez, en los celos hay una disputa de amor en términos narcisistas: el celoso quiere ser el único objeto para el otro.  En este sentido, no siempre se trata de celos hacia otra persona, podría ser hacia los amigos, sobre una actividad, sobre la familia. Como por ejemplo el reproche a la pareja por elegir quedarse estudiando un domingo, en lugar de compartir una serie juntos. Lo que el celoso no tolera es que el deseo del otro (su objeto de amor) no se agote en él, que haya otra cosa.

Por su parte, la envidia es querer que el otro no tenga lo que me a mí me falta. La envidia es principalmente destructiva. Como en el caso de Vicky, que no le interesan los maridos de sus amigas, a los que señala de gomas, garcas o chantas. Lo que no quiere es que las demás tengan un marido. Envidia lo que supone que el matrimonio les aporta, eso que sólo ella merece y le falta.

 Envidia y celos pueden aparecer mezclados. Tienen un punto en común. En los dos se cae en la ilusión de que hay un objeto que podría colmarnos y que el otro lo tiene y disfruta de eso. 

El goce de las otras y el comienzo de un análisis.

En la serie Vicky aparece todo el tiempo hablando de las demás. De la compañera de trabajo que es flaca y tiene una familia. De las amigas que se casan. De cómo la van a mirar las otras si asiste a un casamiento sola. El acento está siempre puesto en la otra. En esa otra que si tiene lo que a ella le falta, o que supone que lo tiene, de esa otra que goza de lo que ella no.

En una de las sesiones la psicóloga la implica en su padecimiento y en su vida: “Hablame de vos ¿Qué le gusta Victoria? ¿Qué la hace reír? ¿Qué la divierte? ¿Qué la emociona? ¿Cómo es Victoria yendo a un casamiento sola? Dejá de mirar a las otras”.

Esta intervención me recuerda a Freud, en el caso Dora. Se trata de una paciente enredada en los amoríos del padre con una señora, amoríos que a su vez ella permite que se sostengan.

En las primeras sesiones Dora no para de halar de ese romance, se queja, se indigna. Hasta que, en una maniobra, Freud la implica en su queja: ¿Cuál es tu parte en todo este desorden del que te quejás? ¿Dónde quedás vos? En ese momento comienza un análisis.

El lugar de Matías

En la vida de Vicky hay un hombre que está muy interesado en ella, se trata de Matías, el personaje de Esteban Lamothe.  Matías la acompaña, la escucha en sus quilombos, la sostiene, está presente (a veces de más). Sin embargo, él no encaja en ese ideal de hombre con el que busca casarse, por lo tanto, lo ve solo como un amigo. 

Sobre el final de la primera temporada (que es lo que hasta ahora pudimos ver, porque la segunda temporada sale recién en enero del año que viene) en cierto momento ella se da cuenta de que en las situaciones complicadas piensa en él: “En este momento solo quiero abrazar a Matías”.

 Si bien, me parece importante insistir con que se trata de una ficción y no del análisis de una mujer, me permito jugar con algunos elementos que parecen indicar que esos encuentros con, Fernanda, su psicóloga tuvieron efectos.

 Como muchas veces nos sucede, creo que Vicky, no ve lo que tiene, no identifica dónde si puede armar, y va en contra de sí misma anclada a un ideal.

Más allá de la serie, considero que un análisis sirve para salir de esa posición de envidiosa, para dejar de mirar de lo que el otro tiene, o mejor dicho de lo que suponemos que tiene. Para centrarnos en lo que podemos armar a partir de escucharnos.. Se trata de dejar de querer hacer encajar las cosas en nuestros ideales, para ir en hacia la construcción de aquello que nos permitiría vivir mejor.

La serie muestra una Vicky cegada por la envidia y encerrada en una idealización, que no le permite ver las cosas que en su vida le aportarían lograr buena parte de lo que quiere, que por lo que se cuenta en la serie se trata de no estar sola, compartir la vida con alguien, incluso tener una familia.

Matías no es el hombre de negocios, de traje y de casa en un country como ella imagina en su ideal. Es un hombre relajado, que trabaja en una rotisería china, que no sueña con casarse. Pero el amor es justamente, una construcción desde la diferencia, no desde el narcisismo de lo igual.

Y en este sentido, para concluir, pienso que un espacio de analisis es propicio para dejar de actuar en contra de uno mismo apresado en una idealización. Para avanzar hacia la construcción de un amor  posible y habitar el deseo de modo que permita vivir una vida más feliz, y esto es para victoria y para cualquiera que quiera atravesar un psicoanálisis. 

Cecilia Kampff es Psicoanalista. Psicóloga graduada en la UNR y docente en la UNR

¡Compartí este contenido!

Dejar un comentario