reformulación de la temporalidad / ignacio papa

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Esperar hasta mañana se transforma en indormible.

Runnear en la cinta del tiempo ofrece la habitualidad de percibir un espejismo que se vislumbra como progreso. Quién no pueda mantener el ritmo propuesto será excomulgado.

Una mezcla de ofertas se presenta a modo de panacea.

Aparecen maneras de decir ordenadas en lógica slogan, bañadas de hacer el bien, ‘hacete bien che’. Medicinas para el alma.

Las palabras suelen encarnar sentidos, conforman metáforas que atraviesan los cuerpos y las sensibilidades, son capaces de modificar las condiciones materiales y simbólicas de la experiencia.

En plataformas y modalidades diversas pululan imperativos de productividad enlazados a otros imperativos que camuflados de sugerencias bajo el arte de proponerse como fórmulas de la felicidad no evitan la paradoja. La sugerencia vacía al sujeto de la escena, sustrae la causalidad participativa de la vida, apela a la eventualidad conveniente como timón del hacer con, y ofrece resultados de éxito para ‘resolver situaciones’ empaquetando el deseo en una cajita individual de responsabilidad.

Discursos que adjuntan maneras de hacer las cosas, recetas disfrazadas de pragmatismo fundadas en el eco del hueco de un ascensor de un edificio abandonado.

Prospectos acerca de aprovechar el tiempo, listas de cosas por hacer, postulación de objetivos, establecimiento de prioridades, etc. La organización de la vigilia en módulos productivos, practicar la vida. La agendización de la vida como recurso ante la angustia. No sea cosa que esa angustia de mierda dicte alguna pregunta, o algún silencio fundante y desafine la existencia.

Con los lenguajes del futuro interviniendo, gestionando sintagmas del pasado enroscados en el presente. Hay la potencia de un material en inmixión.

¿Habrá alguna alternativa para emanciparse del tiempo plutocrático y construir un tempo propio, con otros, en una trama partitura diferente?

Haesbaert sostiene que en la desterritorialización se confunde la desaparición de los territorios con el simple debilitamiento de la relación espacial en las relaciones sociales.

Habrá que pensar entonces, un ajuste hacia la territorialidad a partir de considerar la multiplicidad como valor e identificar aquellas prácticas discursivas que sostienen que el cambio tiene un sentido único, el de la cinta que marca el ritmo.

¿Habrá alguna alternativa?

Yo qué sé. Se tratará, tal vez, de auscultarse en la tensión entre fugacidad y trama, entre individuo y sujeto. Lo que sí sé es que hay otros, los enhebradores, que no se conforman con everyday robots, con quienes tal vez se pueda reformular la temporalidad y aunque a veces sienta que la neutrónica ya explotó, yo quiero ver un tren.

Léase antes de quemarse. Al menos si alguien alguna vez lo ha leído, habré escrito.


Ignacio Nicolás Papa. Golfista abstracto. Oriundo de la República de El Socorro (Bs. As.), actualmente rosarino por adopción. Acompañante Terapéutico. Finalizando la carrera de Psicología. Escritor Menor. Orientado por Leonard Cohen y el Psicoanálisis.

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