un acto fallido / beatriz nannini

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La realidad es caleidoscópica, por lo tanto, compleja.

En ella estamos como cuerpos hablantes, nudo de creencias, afectos, goces, anudado a un cuerpo, una tierra y una lengua.

Hay momentos, como el presente que necesitamos comprenderla con vocación analítica, y no tanto pasional.

La palabra pasión viene del verbo padecer. Las pasiones son ciegas, se quedan en el afecto que despiertan.

Desde la antigüedad se habla de las pasiones: el amor, el odio y la ignorancia, pasiones que existen en cada uno de nosotros, también somos nudo de pasiones que debemos atravesar para no perecer en ellas.

Lo sucedido el jueves por la noche reviste una gravedad extrema, pone en juego la institucionalidad, la democracia y su vulneración.

El atentado contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, fue un intento no logrado; lo que podría haber sido un acto asesino, se convirtió en un acto fallido. ¡No pasemos de largo esto!

No voy a hablar de la persona que llevó a cabo este atentado, de eso se encargará la investigación judicial y veremos qué datos aporta, desde ya podemos suponer que hay sujetos más disponibles a realizar acciones que vehiculizan discursos de odio inoculados por medios hegemónicos.

Apunto a hacer una lectura psicoanalítica, es desde donde sostengo mi práctica, y no política, que me excede, por cierto.

El detalle, para mí, lo presenta lo fallido del acto.

Escuchando la radio, un periodista local enumera los intentos de asesinato a distintos mandatarios en nuestra historia argentina, han sido no logrados y no por ser frustrados, al menos los que se citaron en ese informe, sino por fallidos, algo falla en el momento preciso.

No puedo evitar ir a Freud quien estudió el tema del acto. Los actos, pueden ubicarse como interpretables o no interpretables.

Los actos interpretables llaman al Otro simbólico, están en la dimensión del Inconsciente y del sujeto, por tanto, de alguien que se hace cargo de un decir, o, podemos suponer un sujeto de palabra.

Hay actos que vehiculizan una dimensión que es silenciosa, ajena a la palabra y sus efectos de significación.

El tratamiento que he apreciado en estos días es seguir tapando con la pasión significante eso mudo que de algún modo se hizo escuchar ya que encendió todas las alarmas.

La pasión significante es la pasión de dar sentido a todo y sus efectos de segregación, intensificando lo que llamamos desde hace algún tiempo, “la grieta”. Si acentuamos las posiciones polarizadas quedamos presos de los binarismos bueno-malo, blanco-negro, peronista-no peronista. La máquina del lenguaje es así, si se cree demasiado en lo que se dice, se produce un apego al sentido de las palabras.

Se puede hablar mucho, pero se puede estar muy a distancia de los goces que vehiculizan los discursos.

Lacan invento un neologismo lom, para hablar del hombre que tiene un cuerpo y no tiene más que uno, lleva la herencia filogenética, o sea, las impresiones heredadas que portan sedimentos de culturas pasadas; las resonancias de la lengua repercuten en los cuerpos anudados a un tiempo y a un lugar.

Carmen González Taboas escribe en La cita fallida 2. Mutaciones americanas. Una mirada, con Lacan el significante como causa de goce no muerde el cuerpo del mismo modo en cualquier parte del mundo y en cualquier época.

Así, dirá, la historia deviene ficción con la cual un discurso, en un lugar y un tiempo determinado, da forma y sentido a los goces que agitan los cuerpos, agrega para bien o para mal.

En estas latitudes, nos dice, existe un humanismo muy particular. Las palabras lo tejen de buenas intenciones. La cito: “el ánimo de amar tropezará, con la desmesura de la demanda, con la trama silenciosa de los falsos amores, ya que no es lo mismo amar que hablar de amor. El que ama deja existir en el otro lo que rechaza (lo distinto), en cambio el hablar de amor conlleva los espejismos del amor y los desastres del amor”. Continua, tropezará también con los engaños del ser y la segregación.

Nuestro inconsciente colectivo es nudo de pasiones, amores y odios intensos e ideologías, donde coexisten el sincretismo con la religión, como decía Discépolo, la Biblia y el calefón.

¿Seremos capaces de dar lugar a ese enjambre de significantes que nos han marcado en estas latitudes y que han quedado ocultos, pero no inoperantes, detrás de la normatividad globalizada que nos intentan imponer?

Mas allá de las incuestionables luchas sociales, comparto la apreciación de Gustavo Dessal en el Prólogo del citado libro, lom ya no puede soñar que su rescate vendrá solo del Otro.


Licenciada en Psicología. Universidad de Buenos Aires.
Ex Jefe de Residentes H.I.G.A San José de Pergamino.
Psicóloga Clínica. Adultos, adolescentes, niños
Responsable del IOM2 Delegación Venado Tuerto. Espacio de Formación y Transmisión del Psicoanálisis.
Artista Plástica.

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