UN ESTADO FUERTE

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En un artículo reciente (1), Žižek repasa todas las catástrofes climáticas que se nos avecinan y propone un modo de gobierno al que llama “comunismo”, el cual no replicaría simplemente los pretéritos “socialismos realmente existentes”, ni tampoco el comunismo chino actual, aunque como éste último también sostendría al capitalismo, solo que con un ejecutivo más poderoso, organizaciones sociales de base y algún tipo de institución internacional que permitan controlar a los mercados y a los países disidentes. Con la democracia formal y representativa no basta, dice Žižek. 

La verdad que este modelo se parece mucho más al peronismo que al comunismo, habría que decir. En cualquier caso, no puedo estar más de acuerdo, allende la disputa por los nombres genéricos (populismo, socialismo, comunismo), porque la matriz genérica de la subjetividad político-estatal fuerte que invoca, sin citar a Badiou, siempre me pareció la clave de cualquier pensamiento militante anudado a lo real. Lo que importa es la orientación materialista que asume un gobierno, articulada por esas cuatro invariantes subjetivas que discernía Badiou en Lógicas de los mundos: 1) Voluntad, 2) Confianza, 3) Intervención, 4) Igualdad.

1) Con la Voluntad, se trata de asumir que la política es una herramienta de cambio y no hay que someterse a ninguna ley inexorable, sean estas las leyes ancestrales, las del mercado o las de la historia. No hay ninguna inexorabilidad en materia de organización humana y eso nos da una enorme responsabilidad para administrar nuestros recursos de la mejor manera posible, sin fatalismos ni dogmatismos. Hoy los dogmáticos del Mercado nos están conduciendo a la extinción masiva y a la injusticia social exacerbada por decisión política, no porque haya alguna ley de hierro que impida el cambio. 

2) La Confianza implica que el gobierno debe apoyarse también en el poder y las iniciativas populares, no solo en el control y las directivas bajadas desde arriba; esto quiere decir que debe apoyar y estimular las propuestas que emergen de las organizaciones de base y potenciarlas con instrumentos de gobierno que las amplíen y potencien. 

3) La Intervención va en línea con lo anterior y define su contracara, se basa justamente en regular y controlar todos los mecanismos especulativos de los acaparadores de poder o de recursos que limitan las iniciativas populares e igualitarias, como también el acceso a servicios básicos. 

4) Por eso, finalmente, un gobierno poderoso apunta a la Igualdad, garantizando una vida digna y servicios básicos de salud y educación a todos los ciudadanos.

Ya no estamos en la vieja gramática política de reformismo o revolución, dadas las condiciones de emergencia actuales, se hace más patente que nunca que el gobierno que pueda anudar estos cuatro invariantes a su modo será realmente revolucionario.


(1) http://socompa.info/noticias/el-socialismo-es-una-opcion-o-es-demasiado-tarde/



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