Esta vez llegaste para salvarme, advertirme, gritarme, que estabas en peligro. Peligro de perderme, de olvidar mis ideales, mi memoria y mi amor por lo humano.
No tuviste otra opción que hacerme doler de nuevo como desde hace años.
La diferencia radica en que cuando aparecías en esos primeros tiempos a mí me invadía sólo angustia, desesperación, sentía que era mejor morir.
No encontraba explicación a tu aparición.
Tantos años de andar juntos nos fue permitiendo conocernos, aprender a habitar el mismo espacio, suavizar la convivencia, y aunque con el correr del tiempo sentía que te conocía, aun así nunca lograba anticipar tu llegada. Con odio y con preguntas recorría de manera obsesiva, el camino que habías hecho para lograr escurrirte sin que te viera llegar, hasta meterte en mi casa.
Hoy, años después, puedo decirte que nos fuimos conociendo, te pude apreciar el día que comprendí que tu llegada era necesaria para darle lugar a la palabra. Ésta al principio se perdía en el vacío del aire.
El tiempo de trabajo juntos me permitió recortar, acotar, comprender, poner en acto: actos. Actos necesarios, preciosos; otros, equívocos.
Nos fuimos haciendo más viejos y esta vez te gane de mano. Era de mañana. Abrí la puerta, y sentí incomodidad, dolor, angustia. Entendí que llegarías, estaba vez yo te esperaba. Ya no tomaste todo mi mundo, te quedaste alojadito solo en un lugar de la superficie latiente. La angustia ya no fue devastadora, ni hubo llanto. Ese día lo que me afectó fue advertir que tu llegada me salvaba de meterme en un lugar donde yo, no vos, iba a destruir lo más genuino que tengo: “mi humanidad”.
Gracias, amigo síntoma. Espero que cada día nos quede menos tiempo juntos, pero siempre te estaré agradecida por salvarme de desaparecer.
Bárbara Marcantonio. Nacida en José Mármol Gran Buenos Aires desde 1977. Psicoanalista. Ferviente militante del psicoanálisis en extensión y en territorio, Comencé a trabajar en el ámbito forense hace 14 años. Ser una psicoanalista en este ámbito me encontró con la posibilidad de narrar historias que ponen al Sujeto como protagonista.
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