el derrumbe / lorena culasso

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A T., por el coraje hecho cuerpo, alma y palabras

Hace un par de semanas me avisaste que la meta, una meta, estaba cerca.

El juicio contra tu agresor, ese remedio tan añorado.

El derrumbe ya pasó, pero sus temblores te acompañan en lo cotidiano. Me atrevo a decir: nos acompañan.

Cada herida que drenás con palabras, es huella hacia una nueva herida.

El veneno se esparce, se desparrama en tus recuerdos. A veces, te carcome los sueños (y el deseo).

Hay huesos álmicos que pudieron soldarse; otros aún están entablillados. ¿Cuántos habrá no inventariados?

El cuerpo que antes sólo era prueba de lo acontecido, es ahora también sitio de fiesta.

Me gusta pensar que construimos un andamiaje posible para no ser sólo víctima o superviviente.

En mi botiquín no había mucho más que disponibilidad para acompañarte y el hondo convencimiento de que con palabras vencemos lo mortífero.

Nunca es para siempre.

Quizás es hasta que calme.

Hoy, ahora, vamos juntas hacia este acontecimiento.

Yo también estoy muerta de miedo.

Me tiembla el cuerpo,

se me atoran las palabras,

se me apunan los oídos.

Aún así, te tomo la mano para dar este paso.

Es un honor ser tu compañía en esta rebelión:

la de poner palabras al horror

ante los ojos y oídos de quienes hoy pudieron decir

“sí, el derrumbe efectivamente pasó”.

Lorena Culasso

Nací en Rafaela (Santa Fe), allá por el ’84. Ciudad donde también estudié Psicología. Actualmente, además de ejercer la profesión en el ámbito clínico, soy docente universitaria. Trabajé varios años en el área social. La lectura y la escritura son actividades presentes desde muy pequeña en mi historia. Por eso se las transmito a mis alumnxs, como sustanciales para pensar y pensarse. El año pasado participé del Taller “El coraje de narrar”, en búsqueda de ensayar y construir formas para comenzar a compartir lo que escribo. Y aquí estoy. Soñando con ser escritora.

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