¿Qué es lo urgente? Prepandemia, pandemia, postpandemia, y después.
“La pandemia”, momento histórico que ya no sabemos donde comienza ni donde termina, es, a estas alturas una referencia del lenguaje cotidiano. También una excusa para todo. También una habilitación. Dos años casi y su impacto en la economía puede incluso hacer emerger las necesidades más obtusas. Como hemos estado en pandemia, se impone que el mercado se reactive, que leamos cosas acordes, que nos recuperemos, se instala entonces la recuperación.
¿En qué consiste la recuperación de la pandemia, ese tiempo de vida como otros pero no tan “todo es posible”, no tan incondicional, tan sin límites? Resuenan y se planifican escenarios dignos del postfranquismo donde todo vuelve: “Vuelven los recitales”, “Vuelve la diversión”, “Las clases no paran de volver”.
A tanto encierro tanta libertad, y la prensa que cada vez es más pandémica anuncia entonces, todo tipo de fenómenos nuevos: orgías, fiestas, viajes, deportes extremos, nuevos tipos de vínculos.
De la prepandemia nadie sabe nada, ese estado extraño en el que casi uno podía asegurar que no iba a morir nunca. O que si lo hacía lo haría en un aterrizaje placentero como si estuviera volando en una línea aérea muy lujosa.
Ahora que todo es pandemia, y en Europa asoma otra pandemia podemos volver a pensar con lo peor de nosotros, que debería ser también lo mejor. “Piensan que se van a morir. Hacen bien”, decía Lacan en sus seminarios. Los mortales harían bien entonces por el solo hecho de pensar en ese interludio que es la vida, en condiciones de urgencia nuestro capitalismo hace que esto sucediera muy esporádicamente.
Hacen bien, es decir aciertan, no van a vivir sin limites, como el capitalismo exige sino que van a vivir viendo el final del pote. La muerte se ha impuesto nuevamente. Se vislumbra otro invierno, otro año de urgencias, es decir de la existencia de tiempo de vida, previo a la muerte.
¿Qué haremos con él? ¿Cultivar pedantes y superpoderosos políticos de dudosa precedencia, trayectoria, en síntesis, calidad humana? ¿Por miedo? Recordemos que el miedo fue la fuerza mas grande que instaló al nazismo en Alemania, que llevó a Hitler al poder, porque realmente nadie quiere volverse pobre, ni morir de inanición, ni verse en otros que ha anunciado como deficitarios.
La castración del tiempo, se instala una vez más, ¿saldrán más libros de Lapegüe “el periodista”? ¿Es impensable una convivencia de la noción de muerte con una vida con cierta dignidad? ¿ Volveremos a mirar para otro lado como excusa “porque la pandemia”? ¿No es urgente vivir? ¿No es vivir más que respirar? ¿No es divertido vivir? Porque necesitamos de Lapegües y Mileis.
Ah, porque nada es cien por ciento vida. Eso la hace vivible también. “Eso”, da ganas. De matarse pero también de recuperar el tiempo para ver cómo pasa, no solo para llenarlo con figuritas de excesos.
Hagan una lista de su Pandemia numero 3. ¿No sería lindo vivir mientras morimos? El cielo a través de un cielo de un avión normal. Sin garantías de otra cosa. Un cielo no vale nada. Un cielo es lo urgente.
Patricia Salinas. Socióloga. Psicóloga. Universidad de Buenos Aires. Consultorio y concurrente Hospital Argerich
Una respuesta
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Todo lo que escribis tiene tu estilo
. sos una genia total amo leerte. Te admiro