Cronos, el tirano / Angélica Zubillaga

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¿Qué pasa con el tiempo? Correr atrás de la aguja del reloj, vivir encima de esa aguja, el sonido del tic-tac, su tiranía, su posibilidad. Todo pasa, pero también todo esta por suceder. El hoy, habitarlo, respirarlo. El tiempo, su organización ¿Quién la invento?

Correr, correr, correr. Tiene que ser hoy, tiene que ser ya.

Hijos de la globalización, de la inmediatez, hijos del miedo a la estabilidad.

Producir, producir, producir. Ya ya ya ya

¡Basta!

¡El reloj que nos pario!

Si algo sabe la escuela es de tiempos. De la tiranía del tiempo.

El calendario, las agendas y una grilla horaria absolutamente estructurada: tiempos de clases, tiempos de recreo, tiempos de desayunos y de almuerzo.

Hay pibes a los que les cuesta mantenerse lo que dura un módulo de clases sentados, hay quienes dicen: “No quieren estar sentados”, “son unos revoltosos”.

Pibes que tienen otros tiempos, sus cuerpos tienen otros tiempos.

Luego de 10 minutos focalizando su atención hay algunxs que comienzan a darse vuelta y tocar la carpeta de sus compañerxs, le tocan el hombro a su compañerx de banco, sus piernas empiezan a inquietarse, le tiran algún papelito a otrxs o interrumpen a lxs profes cuando explican.

Quizás necesitan salir a caminar por un momento, tener un espacio donde aprender no resulte tedioso.

Hay profes que corren para llegar a tiempo, y no hablo de puntualidad, planificaciones, reuniones, exámenes. También sus familias, sus vidas que, muchas veces parecen olvidadas por ese sistema que siempre necesita un poco más.

“Tienen 3 meses de vacaciones” , “vagos, vayan a laburar”, “no piensan en los chicos, les quitan el derecho de educarse”.

Cuerpos que corren agobiados, para quienes los tres meses de vacaciones no existen, los fines de semana a veces tampoco.

Si supieran, si recorrieran al menos una escuela, si los vieran parados frente a los pibes, si miraran sus gestos de amor y si alguna vez se cruzaran con sus cuerpos cansados, si alguna vez simplemente reconocieran que el hacer docencia es una profesión y no un servicio.

Preceptores que siempre caminan rápido por los pasillos: tomar asistencia, completar las planillas. Saben todos los horarios, de todxs, siempre.

“Che, viste la carita que tiene, le voy a preguntar qué le pasa” .“Che no corran, tengan cuidado”. “llamo a la familia de …, esta descompuesto”. “Dale me quedo en el aula un rato, el profe todavía no llegó, me avisó que está demorado”.

Rol inminentemente pedagógico el de la preceptoría: saben de lxs pibes solo con verlxs, justamente por eso aprendieron a mirarlos.

Preceptoría, en época de ajuste económico y en Santa Fe, donde revivió el presentismo, que para ellxs no corresponde porque: “no están frente a estudiantes”.

Cuanta ironía, ¿no?

Equipos de gestión, agendas explotadas, celulares que no paran de sonar, mirar a los docentes, acompañar a los pibes.

“El baño se rompió”, “las verduras aumentaron”, “esta la familia de…” “che, el acto ¿se hizo?”

Sí, los equipos de gestión a veces somos personal de construcción, sabemos de precios, malabares y también, de cuidados varios.

Soy directora y hay quienes esperan: organización y estructura.

Una vez dijeron por ahí: “No solo ténes que ser, sino también parecer”.

No quiero parecerlo, estoy siendo.

Como algunos pibes, aun hoy no es tarea simple disciplinar mi cuerpo para que permanezca sentado en esas largas y tediosas reuniones, los márgenes de mi pequeño cuaderno tienen dibujos de todo tipo y reniego de usar una agenda.

La dirección de una escuela,

la gestión de un equipo,

direccionar y gestionar el tiempo: propio y de otros.

El tiempo real en términos de posibilidad.

El tiempo ficticio en términos de productividad.

No siempre se puede todo y con todo.

Soy Angelica Zubillaga, tengo 31 años, vivo en la ciudad de Santa fe. Profe en Ciencias de la Educación, egresada de la Universidad Nacional de Entre RÍos, actualmente trabajo como Directora de una Escuela Secundaria y como Asesora Pedagógica de un Instituto Superior, ambos de la ciudad de Santa Fe.  Me considero una aficionada de la lectura, escritura y de las artes visuales. 

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